sábado, 15 de noviembre de 2008

Ficha Pycante N° 7



PICAATYNTO
Primer Inventario de Cervezas Artesanales Argentinas Tomables Y No TantO

Ficha Pycante N° 7


Cerveza Bersaglier

Cervecería Di Mattia, Mauricio A. y Di Mattia, Martín J.
Calle 92 -Francia 101 -(1651) Granaderos de San Martín- San Martín
Pcia. de Bs. As.
Bot. 355 cm 3


Estilos: a) Scottish Ale - 6 Grados; b) Kolsch - 6 Grados c) Cream Stout – 6 Grados
Degustada varias veces cada una - Acompañada con y sin comida - $6 (diciembre de 2008) en Vinoteca Bouquet: Pueyrredón 2996 - Esq. Córdoba - Villa Ballester -Pcia. Bs. as.

a) Scottish Ale

1.- Color – IV

Color marrón oscuro, límpida.

2.- Espuma - VI

Globosa, firme, con permanentes burbujitas subiendo desde la base.

3.- Aroma – IV

Rico, suave, tal vez no demasiado distinguido.

4.- Textura – V

Sedosa, suave, sin aristas. Muy equilibrada.

5.- Presentación – III

Botella long neck con etiqueta, moño y contraetiqueta en color rojo haciendo juego. Sin embargo, el diseño de la etuiqueta no es bueno: al propio nombre que no es fácil de retener, se suma una letra "B" inicial demasiado barroca y -para peor - el logo que pretende ser un sombrero de mosquetero, es feo y poco claro.

Calificación Comentada

Una cerveza rica, armónica, delicada en su propuesta de apuntar a la calidad por la vía del equilibrio.

Redonda, está muy bien hecha, no es híper original, pero se encuentra a la altura de las mejores.

Puntaje: 8 /10




b) Kolsch

1.- Color – V

Es un amarillo oscuro atractivo, con personalidad.

2.- Espuma -V

Linda, firme, con ojos pequeños.

3.- Aroma – V

Tiene un leve frutado que la hace atractiva.

4.- Textura – III

Es una cerveza suave, pero tiene algunas aristas que no terminan de integrarse, aunque no molestan.

5.- Presentación – III

Lo dicho para la anterior; en este caso el color de etiqueta, moño y contraetiqueta es amarillo


Calificación Comentada

Es una cerveza suave, delicada y sin puntos negativos, más que algunas leves aristas de acidez que no molestan.

Tiene tipicidad pero no es personalísima.

Puntaje: 7 / 10



c) Cream Stout

1.- Color – V

Negro oscuro, firme , atractivo.

2.- Espuma - V

Muy buena conformación y sostenibilidad. Es cremosa y compacta, muy agradable.

3.- Aroma – V

Rico y suave aroma a caramelo pero sin exagerar, defecto en el que caen demasiadas cervezas de este estilo.

4.- Textura – V

La textura es tal vez el punto más buscado por el consumidor de este tipo de cervezas: si lo que busca es una cremosidad media, no empalagosa, suave, armónica y con buen retrogusto, esta Cream Stout lo tiene.

5.- Presentación – III

Lo dicho para las dos variedades anteriores, en color - presumiblemente - negro.

Calificación Comentada

Cerveza armónica, suave, cremosa. Es una Stout de buen nivel de la Argentina, comparable a otras más conocidas, famosas, vendidas.

Pruébela comparativamente con una Antares Stout Imperial, una Quilmes Stout y - por qué no - una Samuel Smith: se sorprenderá.

Puntaje: 8 / 10

viernes, 14 de noviembre de 2008

Tarea NEPENTE: Degustación Pitagórica

DEGUSTACIÓN PITAGÓRICA


Una idea de Nepente para disfrutar de lo más lindo de la vida: el TRIÁNGULO



Dedicado al Maestro de Maestros, Charles Pitágoras, el Triángulo llega del amor al vino de la mano de la "Degustación Pitagórica" que es una excusa clave para tomar de a 3.


Consiste en idear una relación "seno-coseno-tangente" entre 3 vinos que estén unidos por algo y separados por lo mismo.


Al degustarlos, podremos experimentar:


a) Comparar dos terruños / cepajes /etiquetas / añadas o bodegas y, al mismo tiempo,


b) compararlos con otros terruños /cepajes / etiquetas / añadas o bodegas.



Veamos un TRIÁNGULO de exemplos concretos, que a eso vinimos:


Exemplo 1:


Le TRIANGLE:

1) Un Pinot Grigio de Lurton

2) Un Pinot Grigio de Santa Florentina

3) Un Chardonnay de Lurton



Esta Degustación Pitagórica nos permite:


1.- Distinguir un Chard. de un Pinot G. de la misma Bodega, es decir: conocer la tipicidad varietal, elegir por gusto, descubrir matices parecidos y diferentes, etc.

2.- Distinguir entre dos Pinot G de diferentes bodegas; ver matices de vinificación, comparar relaciones precio - calidad, reconocer enologías, etc.

3.- Disfrutar por 3



Exemplo 2:


Le TRIANGLE:


1) Santa Julia Tempranillo ($14)


2) Santa Julia Reserva Tempranillo ($25)


3) Séptima Tempranillo ($20)


Esta Degustación Pitagórica nos permite:



1.- Comparar las relaciones de precio / calidad entre dos etiquetas de la misma bodega.

2.- Comparar relaciones precio / calidad entre bodegas

3.- Reconocer similitudes / diferencias de vinificación entre bodegas.

4.- Establecer gustos personales



Exemplo 3


LE TRIANGLE:


1) Un Cabernet de Mendoza de una bodega

2) Un Cabernet de Mendoza de otra bodega

3) Un Cabernet de Cafayate de una tercera



Esta Degustación Pitagórica nos permite:

1.- Determinar gustos por bodega

2.- Determinar gustos por terruño

Y así sucesivamente.

Al aparecer estas líneas, un amigo llamado Fede Gorlino estará - sin saberlo aún - convocado a realizar una Degustación Pitagóirica nada menos que de Torrontés:

Le TRIANGLE:

1.- Un Torrontés Quara (Bodega Lávaque) de Cafayate

2.- Un Torrontés Ayres de Cafayate (Bodega Etchart) de ese terruño

3.- Un Torrontés Santa Florentina (Bodega ïdem) de La Rioja

Queda entoces lanzada la propuesta: Degustación Pitagórica; lo segundo más lindo para hacer de 3 .

Haremos varias en Nepente, SDQ.

Abrazo,

León



martes, 11 de noviembre de 2008

Ficha Pycante N° 6

PICAATYNTO

Primer Inventario de Cervezas Artesanales Argentinas Tomables Y No TantO

Ficha Pycante N° 6

Cerveza Weiss

Microcervecería AS – Bustillo 19600
Bariloche - Pcia. de Río Negro
Bot. 350 cm 3
Estilos:
a) Lager - 5,2 Grados; b) Red Ale – 5,6 Grados c) Stout – 4,5 Grados



DEGUSTADA HACE MUCHO – SIN REFERENCIAS VIGENTES al 11/11/08

5.- Presentación – III

Botella tradicional cuello largo. La combinación de Etiqueta, Moño y Tapa, da un todo no armónico, no necesariamente barroco, pero si sobrecargado.

Queda claro que los moños identifican los 3 tipos de Cerveza: Roja, Rubia y Negray queda Clarisima la intención de pertenencia: Patagonia, Argentina, recuerdo del lejano sur...etc.; pero la gráfica no convence, no es elegante. O - en todo caso - a mi, personalmente, no me gusta...


Calificación Comentada

PUNTAJE: Sin Puntaje aún




jueves, 6 de noviembre de 2008

Ficha Pycante N° 5

PICAATYNTO


Primer Inventario de Cervezas Artesanales de Argentina Tomables Y No TantO



Ficha Pycante N° 5


Cerveza Wolfen Bier

Mini Cervecería Wolfen
Colonia San Miguel
Olavarría– Pcia. de Bs. As.

Bot. 330 cm 3
Variedad: “Gold” - Rubia – 6 grados

Degustada 3 Veces
Comprada en Olavaria - $ 6 – el 03/11/08 en “La Esquina del Queso” – Coronel Suárez y Lavalle

Dice la contraetiqueta: "No contiene estabilizantes. Ni conservantes. Ni clarificantes. Gasificados natural. Turbidez propia d ela cerveza no filtrada."

1.- Color - III

Amarillo pálido con notable turbidez producto del no filtrado.


2.- Espuma – VI

Una cerveza MUY espumosa (aún a baja temperatura) con una espuma blanco algodonosa, que no sólo se mantiene por mucho tiempo, sino que sobresale con sombrero por sobre el borde del vaso al mejor estilo “fernet con coca”.

Vista desde arriba, la espuma tiene huequitos, como los quesos. Muy linda.

3.- Aroma – III

Tiene un lupulado suave, el aroma está presente pero de manera muy tenue, no es invasivo, aunque tampoco característico.

4.- Textura – III

Muy suave; en ningún momento deja ver sus 6 grados; es incluso probable que tenga menos.

5.- Presentación – III


Botella verde claro que la distingue pero no sé si la favorece. La etiqueta es atípica para una cerveza: sobre un fondo negro, una impresión offset con una foto color de un primer plano de un “lobo” ( o un perro siberian huskie...) que mira fijamente al comprador.

Arriba, en marrón claro, el nombre: “Wölfen Bier” (pronúnciese “Velfen Bier”) y debajo dice: “Una vieja receta alemana...”

La contraetiqueta es una impresión en papel blanco, con los datos de consumo, graduación alcohólica y capacidad de la botella completados con lapicera azul; bien artesanal.
No tiene moño ni tapa impresa.

Calificación Comentada


Una cerveza suave, sin extremos de tipicidad, lo que invita a tomar más de una botella.
La espuma es atractiva y rica. Le falta algo de fuerza para acompañar comidas: la probamos con un Leber Wurst levemente ahumado, y le costó sostenerlo.

Igualmente, es una cerveza para tener en cuenta, puede progresar en detalles, pero hay una base bebible, fresca y suavemente lupulada que le da sostén.
Es una rica cerveza y evidentemente no industrializada.


PUNTAJE 7










Ficha Pycante N° 4

PICAATYNTO


Primer Inventario de Cervezas Artesanales de Argentina Tomables Y No TantO

FICHA PYCANTE N°4

Cerveza Rab

Cervecería Rab – Vicente López 3806-
Olavarría – Pcia. de Bs. As.
Bot. 355 cm 3
Única Variedad: “Altbier” Roja - 4,8 Grados

Comprada en Olavaria - $ 7 – el 03/11/08

1.- Color – IV

Marrón muy oscuro tirando a rojizo, lindo tono. Muy turbia, evidentemente no filtrada.

2.- Espuma - II
Muy poco duradera, se desvanece al instante.

3.- Aroma – II

Es muy característico, pero esto no es siempre bueno: en este caso tiene algo de “producto de limpieza de pisos”.


4.- Textura – III

Media, deja traslucir su baja graduación.

5.- Presentación – V

Muy Buena: la etiqueta no es deslumbrante ni original, pero sí prolija y con la información necesaria y algo más. La botella de cuello largo siempre predispone a la elegancia, y en este caso lo confirma mediante una muy apropiada combinación: la continuidad que generan la etiqueta, el moño y la tapa es visualmente muy armónica y le da presencia. La tapa juega un rol fundamental: con una lisa, se perdería el 80 % de la buena presentación.

Dice la Etiqueta: "Altbier. Este estilo típico de Dusseldorf y el bajo Rin, debe su nombre a las antiguas recetas esa región, por eso, Altbier en alemán significa cerveza antigua."

Calificación Comentada

Una cerveza interesante, podemos decir que del batallón (designación elegante para no decir del montón), con aspiraciones a más. Tiene un gusto rico pero demasiado “intenso”: es el problema que las Cervezas Artesanales tienen con la tipicidad: por un lado deben distinguirse como originales, pero por otro, no deben excederse en sabores “raros”; y al ser ésta una cerveza muy untuosa y con cuerpo para sus escasos 4,8 grados, da para tomar una sola botella; más es algo cansadora.

PUNTAJE 6









viernes, 17 de octubre de 2008

Ficha Pycante N° 3

PICAATYNTO

Primer Inventario de Cervezas Artesanales de Argentina Tomables Y No TantO

FICHA PYCANTE N°3

Cerveza Beagle

Ushuaia – Tierra del fuego
Bot. 330 cm 3 – 5,8 Grados
Cerveza de Pura Malta Fuerte


cervezabeagle@gmail.com




DEGUSTADA HACE MUCHO – SIN REFERENCIAS VIGENTES al 16/10/08



5.- Presentación – IV

Botella tradicional de cuello largo, elegante, con etiqueta que simula un mapa antiguo, acorde a una cerveza que quiere mostrarse como “del fin del mundo”.


Calificación Comentada

PUNTAJE: Sin Puntaje aún



viernes, 10 de octubre de 2008

PICAATYNTO 1 - Primitiva


PICAATYNTO
Primer Inventario de Cervezas Artesanales de Argentina Tomables Y No TantO


FICHA PYCANTE N°1

Cerveza Primitiva

Cervecería Patagonia Primitiva S.A.
Martín Coronado - Tres de Febrero - Pcia Bs. As.
Rubia - Ale
Bot. 355 cm 3 - – 4, 5 Grados -
$ 3,27 en Carrefour el 14/ 09/ 08

Comprada - Degustada Varias Veces – Con y sin comida
http://www.cervezaprimitiva.com.ar/


ATRIBUTOS

1.- Color - II
Amarillo extremadamente pálido, que a veces se trasparenta. Sin partículas ni turbiedad.

2.- Espuma - II
Muy poca espuma, aún a más alta temperatura. Compacta y plana, blanca pero no espumosa.



3.- Aroma – I
Lo más flojo. Tiene un aroma a fermentación de levaduras que no se han terminado de
ensamblar. Un dejo lejano a yogurt de durazno. No se siente para nada el lúpulo.


4.- Textura - II
Es liviana, sin ser seca no tiene el más mínimo rasgo de untuosidad.

5.- Presentación – VII

¡Excelente! La mejor y más bella botella del mercado. Entra por los ojos, es moderna, directa, a la vez fashion y de culto. La tapa acompaña muy cuidadamente. Envase que supera varias veces al contenido.

Calificación Comentada

.- Una cerveza fea, sosa, sin gracia.
.- No vale lo que cuesta.
.- Perfectamente olvidable aún con semejante envase.
.- No la pida, no la compre, no la tome.

PUNTAJE: 3 /10





lunes, 6 de octubre de 2008

¡¡¡Se larga el PICAATYNTO !!!

El tremendo enojo de Mary Jade reflejado en “Una triste nota Gourmet” transformó la rabia en proyecto y nos alentó a no quedarnos de codos cruzados y comenzar a empinarlos realizando un esfuerzo descomunal para de su idea - una empresa ciclópea – una espumosa realidad: el “Primer Inventario de Cervezas Artesanales de Argentina Tomables Y No TantO”; “PICAATYNTO”, para los lectores amigos.

Probaremos todas las cervezas del país nuestro: las valuaremos según una serie de notas aplicadas a diferentes atributos que hacen a una cerveza y una nota final que, como corresponde, NO se desprenderá necesariamente de la suma o promedio de las notas anteriores, sino de su Gusto y Calidad, pues: ¿a quién le importa si una cerveza tiene un color “dorado aúreo”, si al ponerla en la boca sabe a detergente?

Los atributos a evaluar serán:
1.- Color,
2.- Espuma,
3.- Aroma,
4.- Textura,
5.- Presentación;
Las notas de los atributos serán orientativas de cómo es el producto en general e irán
del I al VII según escala Creciente (III es mejor que I, etc.)

La nota final – única, en definitiva, valiosa – será en base a su Gusto, a su Calidad.

La puntuación va del 1 al 10 según éste racional:

1-Intomable
2-3-Mala
4-5 Floja
6 - Regular
7 Buena
8- Buena y Diferente
9- Muy Buena
10- Gran Calidad


¡Que se largue el PICAATYNTO!

sábado, 13 de septiembre de 2008

Vinos del Interior

Cuando en Europa no se consigue (y en Baires, tampoco)

Cuando se habla de que hay aproximadamente 3000 etiquetas de vino en la Argentina, uno puede suponer que, de ellas , hay por lo menos 2000 que se consiguen en Buenos Aires y el millar restante, o menos, que es patrimonio regional que el caudillaje federalista (salvaje y borrachín) esconde a la metrópoli unitaria (fashion y “conocedora” del vino).

Veamos entonces, si ello fuera o fuese o fuere o fiure cierto, cuáles son algunas de esas etiquetas que uno sólo puede encontrar cuando decide levantar la cola del puf relleno de microbolitas y lanzarse valiente a las llanuras, valles y estepas respectivamente bonaerenses, centro-norteñas y patagónicas.

Entonces, si vamos a tomar a esta "Búsqueda Límite de Etiquetas Federales" ("BLEF") como verdadero deporte olímpico, no hace falta ir a un “wine tour” (como se dice ahora, en inglés, siempre en inglés...) sino estar atento apenas uno sale de paseo y empieza a ver campo y vaquitas.

Sin ir muy lejos, entonces, encuentro las primeras (y comienzo a sumar puntaje hacia el Medallero...) en un viaje que hago (por trabajo, siempre por trabajo...) a Santa Fe y Rosario.

En la cuna de la cerveza , Santa Fé, aparece en ignoto súper (“Cadena Dar” ¿?) , un vino llamado “Finca el Potrero de Las Mentas”. Con nombre y etiqueta tan olvidable como tiene, en las góndolas de Jumbo o Carrefour sería rápidamente salteado.

Aquí es una perla, porque en Buenos Aires, no se consigue.

Elijo un Malbec (hay también CS) que vale una bicoca, $7, 54 y lo pruebo: ¡¡la calidad es notable!!

Resulta un vinito suave, bien armónico, de aromas contenidos pero frescos, color rubí claro, sin mínima astringencia ni máxima –tampoco – complejidad.
De Agrelo y con 13, 5 grados de alcohol, forma parte de los vinos suaves, que en el mercado están cada vez más en retirada.




En resumen, es un vinito amable, tranquilo, al que le damos 5 puntos en el Sistema David, pero con posibilidades de llegar a 7, si se comprueba el mantenimiento de esta primera impresión, cuando podamos probar más botellas.

No es, claro está, un Malbec para el asado, pero si se perfila como un compañero de la mesa cuando se almuerza o cena sin tener que impresionar a nadie, sólo disfrutando.


La contraetiqueta intenta – como siempre – un fallido poema, en este caso, una elegía a “las mentas” que crecen en las acequias de la viña... Por suerte, queda espacio para saber que es elaborado y fraccionado por B-70417 RUCIP –071, para WINET.AR.S.A.

Hay también un link a http://www.winet.net.ar/ sitio al que entrar brinda lo de siempre: más datos, que no necesariamente es más información.

Sirve sí, para saber que el enólogo es Jorge Rodríguez -al que, si conociéramos, felicitaríamos- y que el encargado de ventas es Fernando Cairo - al que, si viéramos – preguntaríamos por qué un vino que se distribuye desde Mendoza hasta Santa Fe no llega a Baires.

¿O llega?
Si alguien lo ha visto, que silbe.

En la cuna de la bandera, Rosario, repito el entrenamiento de todo atleta olímpico: voy al supermercado “La Gallega” y recorro de punta a punta la prolija góndola vínica.

Descubro, asombrado, que todavía sigue existiendo el Saint Valery (¡¡un vino de Bodegas Peñaflor !!) que alguna vez hizo una buena entrada de marketing cuando llegó como vino fino con etiquetas pintadas por artistas plásticos modernos.
Hoy es una botella de 700 cc detenida en el tiempo, en segundo estante, apenas arriba del “Torito”. Conserva la obra de arte en la etiqueta, pero ha perdido presencia en las mesas.

Veo, contento, que además hay Viña Plata (de F.Flichman, Malbec- Bonarda de los mejores) pero es cosecha 2003. Dudo, dudo, y... lo agarro. Exteriormente no se ve nada raro.
Cuando lo abro en Baires me doy cuenta: corcho reseco, que deja “caer aserrín” mientras el sacacorchos lo hiere de muerte. El vino está malo, pasado, no picado ni avinagrado sino amistelado, como tantas veces hemos notado a otros.

Una pena, porque me cuesta conseguirlo en los Híper porteños.
(ya saben: si alguien lo vio, chiflé pa´ca!)


Cumplo también con el sueño permanente de probar vinos riojanos, una curiosidad que se me está haciendo obsesión.
¿Hay vinos riojanos ricos, que no sean el TREMENDO petit verdot Nina a 120 mangos?

¿Cuántos? ¿ Cuáles?

Compro una etiqueta de Parrales de Chilecito que hasta ahora no había visto: Premiado.
Es cabernet- barbera, y eso – el Barbera riojano – me tienta.

Lo pruebo en casa: ¿premiado por quien está este vino? La #*%#*!! de la ...del "Premiador".

El Sistema David es DPJ: Duro Pero Justo: ¡¡¡2 puntos!!! Eso es: Malo.

Me pone triste.

La seguimos otro día.

León

viernes, 12 de septiembre de 2008

¡¡¡Estoy muy Enojada!!!!

Mary Jade se Enoja... ¡¡NO ES CASUALIDAD!!

Una triste nota Gourmet...

Suelo comprar la Revista elgourmet.com buscando lo que – supongo – cualquier mortal / laburante / buena mina / como yo / busca cuando paga $10, 90 una revista : notas de actualidad gastronómica, opinión especializada de columnistas prestigiosos y conocedores, data precisa, producciones temáticas de calidad, buenas fotos, y un nutrido etcétera.


Por estoicismo, uno aguanta que todo esto deba descansar sobre el soporte de la publicidad, como sucede en cualquier ámbito de la vida capitalista moderna.

Por oposición, justamente, se puede enumerar lo que uno no espera de la revista: notas livianas y truchas, un título engañoso que busque vender desde la tapa lo que adentro no se despliega o el truco más viejo del mundo: recurrir a “la publicidad disfrazada de nota”, para hacer creer que un informe es eso mismo, y no el chivo pagado por una empresa para que se hable bien de ella.

Lamentablemente esto último es lo que aparece en el actual número 43, de septiembre de 2008, de elgourmet; que en tapa anuncia “Cervezas Artesanales: las mejores espumas del mercado” , y que por eso la compro.

La nota es una malísima tomada de pelo en la que el ¿especialista? Maco Lucioni se arrodilla sonriente frente a las migajas que seguramente le han echado en su boca las 3 empresas que se venden en la pseudo–nota: Otro Mundo Brewing Company, Cervecería Antares y Stone Brewing Co. Argentina.

A la explicación de lo que es la cerveza -a esta altura ya demasiado repetida y digna de “Anteojito” o “Billiken” - sigue el falso comentando que las cervezas artesanales en la Argentina han despertado gracias a las iniciativas emprendedoras de “microcervecerías orientadas a la elaboración de un producto de calidad.

Lo que sigue es lo más denigrante que he leído en esta revista en mucho tiempo: tres secciones dedicadas a chivear las excelencias de cada una de las 3 cervecerías patrocinantes, sin ningún tipo de tapujos y sin sonrojarse frente a la burla hacia el lector.

A esta altura del siglo XXI, decir que Otro Mundo Brewing Company es un emprendimiento artesanal, me provoca hipo; que Antares es cerveza casera, me da risa; y no decir que Stone Brewing Co. Argentina no es más que una franquicia, me da escalofríos ...¡ojo!: me gustan las 3 marcas; pero lo que falta ahora es que a los lectores nos quieran vender que Coca Cola es una empresa familiar, o que Brahma y Quilmes no son oligopolio...: Sí, claro, sí, sí, sí...les creémos.

La nota sigue resbalando en caída libre a lo largo de 4 páginas y su final es de antología.
Si bien el falso comienza el cierre pareciendo reconocer la explosión bendita de lo artesanal cervecero al decir “Por último, no hay que dejar de hacer referencia a la importante cantidad de cervezas artesanales que se elabora en diferentes rincones del país (y que –evidentemente – el falso desconoce) y que se puede disfrutar en los distintos bares que las fabrican allí mismo, o que también embotellan para su comercialización”; retoma inmediatamente su genuflexión advirtiendo: “Éstas (cervezas) son generalmente de tipo Ale, y las hay en variados estilos y calidades a veces desparejas, aunque una sana recomendación es disfrutarlas en su lugar de producción, ya que muchas se desequilibran con el traslado, así como es común encontrarse con botellas vencidas o viejas.”

O dicho como sus patrocinantes lo hubieran querido: “Compre nuestras 3 cervezas, las demás son porquería”.

El lector - engañado - se pierde algo verdaderamente rico y esperanzador: el mundo genuino de muchísimas cervezas artesanales que florecen en todo el país y enhorabuena sacuden la modorra de la espuma comercial, más allá de gustos personales y de – hay que decirlo – calidades que aún dejan que desear.

Pero ese asunto de la calidad y el relevamiento - serio, exhaustivo , tomando y no vendiendo - se lo dejo a la gente de http://www.tomenepente.blogspot.com/. - :)

Ellos harán, como debe ser, el Proyecto Inventario de Cervezas Artesanales Argentinas Tomables Y No TantO ("PICAATYNTO") (pronunciar como una cordobesa, con la "a" arrastrada...) entre las que no pueden faltar Quarryman de Tandil (comentario guacho de una amiga muy perra-: "la cerveza es rica, pero la etiqueta me dá Gay...") , Monje Negro en Ciudad de Buenos Aires, la excelente Bersaglier hecha en San Martín, las variadas y riquísimas Jerome fabricadas en Mendoza, al pie de la Cordillera del Plata, la ya clásica El Bolsón, la Barba Roja, modesta pero artesanal y otras tanas que he tomado y no recuerdo...

Lamento que una revista prestigiosa como elgourmet.com tenga que caer en estas patrañas para quedar bien.

Ahhh!!
¿El falso qué?
Especialista.

Mary

sábado, 19 de julio de 2008

En contra de la Ecología

Mari Jade contra la "Amenaza Verde"

¡ABAJO LA ECOLOGÍA!

(¡Arriba la Enología!)

Los días de frío castizo, macho (por que se te mete) y porteño, son ideales para la "comida fusión": un buen platazo de guiso, y se te hace una fusión nuclear en el estómago; pero que entrás en calor, entrás.

Estos días me gusta darme un gusto que me gusta, que es gustar de una comida "tipo" casera, o - al menos - de las que hacían antes en las casas: pucheros, guiso de mondongo, lentejas, humitas, papas hervidas, ¡pastel de ellas! y un lindo etcétera.

Elijo, entonces, lugares que me provean de dichas calorías que tanto bien le hacen a mi pancita de treintona, esa que todos juzgan pero que a nadie molesta cuando consigue mirarla desde abajo.
(Perdón..., es que el frío me da calor...)

Por eso digo que cuando puedo elegir comer rico y casero, voy a un lugar en Barrio Norte que se llama Cumaná, sobre Rodríguez Peña, casi esquina Santa Fé.

Ambiente decorado a la campestre antigua, muchas mesas, clientes jóvenes y medianos, atiborrado a la hora de almorzar o cenar, oficinistas, grupos, turistas... y todo esto lo digo no como nota de forma, sino porque es fundamento crucial de mi cruzada contra la Amenaza Verde.

Llego y me siento cerca d ela barra, donde se despcha también el delivery. Me siento incómoda, pues las sillas son lindas, pero de terror: una no entra y rompen la columna vertebral (¿o estaré gorda?).

Siempre que voy allí a comer rico y suclento, pongo en marcha un infalible y sinisetro plan: llego temprano para conseguir lugar, de entrada ordeno algo que tarde y de plato principal pido - luego algo que salga rápido - y así estiro 2 horitas entretenida.
Pero lo más importante es que siempre que voy allí, pido a Hansel y Gretel.

sábado, 21 de junio de 2008

Cuatro Sanjuaninos de Ley

VINITOS SANJUANINOS


Si hay un vino "que hizo famoso a San Juan" es el mítico Resero Blanco Sanjuanino, de botella alta, litrera, tapa arosca infalible y vinificado (probablemente) con más Malvasía que el declamado Torrontés, para un público que curiosamente no era tanto el bebedor sanjuanino, sino el laburante -clase baja bonaerense que durante mucho tiempo prefirió un vino blanco no solo de aromas fragantes (Torrontés, Chenin, etc.) sino muy especialmente un sabor final abocado.

Costumbres de otros tiempos, a las que ya dedicaremos el espacio que merecen, junto con el recuerdo de "Los Grande Pioneros Populares": el citado, Crespi Seco, Bordolino, Talacasto, Casa de Troya, Rojo Trapal y el "highlander" Termidor.

Esta noche de amigos, mesa, buena cena y vinitos, el Resero nos está presente, pero hay, en cambio, otros 3 Sanjuaninos de Ley, que degustaremos mientras comemos.

Ellos son: Cactus, El Guardado y Mora Negra.



martes, 27 de mayo de 2008

25 de Mayo – Empanadas y Vino

25 de Mayo:

Una razón de lo que degustamos.

En la fría tarde patria, los amigos reunidos a la mesa con botellas de vino, algunas palabras y las empanadas geniales de la Gran Matrona Maggi y la Matroncita Vero, nos aproximamos apenas a una instantánea de la vinicultura Latinoamericana.

Descorchamos 5 países, según esta relación:

1.- Un vino español, recordando que allá el nombre del vino es por Región, en la que la ley dice estrictamente qué variedades pueden sembrarse y cuáles no. Así tenemos los Rioja, los Jerez, los Ribera del Duero, etc. Así España que está dividida políticamente en 19 Comunidades Autonómicas, tiene 42 Regiones vinícolas cada una con sus variedades autorizadas.

2.- Vinos Brasileños, país falto de tradición vitícola, pero que está haciendo sus primeros pasos, sobre todo en blancos. Hay dos regiones bien definidas para las uvas en Brasil: el Sur – Estado de Río Grade do Sul y el Valle del Río Sao Francisco, entre los Estados Pernambuco y Bahía.

3.- Vinos Peruanos; país que sí tiene larguísima tradición vitícola ligada a la producción de Piscos (bebida blanca destilada de la uva) , aunque escasa vinícola: los vinos se hacen en la región costera del sur: Pisco, Ica.

4.- Vinos Chilenos; país referente (y competidor) junto con Argentina. En Chile los vinos se conocen por su cepa (especialmente Cabernet sauvignon, merlot y carmenére –la cepa insignia nacional-) y a la vez por el Valle de procedencia. Hay en Chile 13 Valles en los que se cultiva la vid: Valle Central, Valle de Elqui, Valle de Colchgua, etc.

5.- Y Argentinos!!! Para comparar y seguir probando.

La Degustación

I) Destapamos primero el español: Gran Sangre de Toro, un Penedés (región cercana a Barcelona) corte de 3 uvas: Garnacha, Mazuelo y Syrah

(ver fotos de estas variedades en http://www.lariojaturismo.com/multimedia_contenidos/19_1.tipos_de_uva.swf )


Aquí fue donde Maggi confesó - para sorpresa de muchos, pero confirmación de otros tantos - que desde sus años mozos, es amante incondicional de la Garnacha.

Superado ese momento difícil, pasamos el vinito al decantador para que respire. Era cosecha 2000 y había que ver como estaba.

II) Probamos luego vinos blancos de Brasil: un Chardonay – Salton Volpi 2005, de Bodegas Salton- que lo comparamos con un Trapiche Chardonnay 2007 ($11 en góndolas)- y en general el argentino gustó más, especialmente a Alejandro "misil" Libertain ("va irecto al blanco")
Siguió un Salton Classic Reserva Especial de variedad Gewurztraminer – cepa de Alsacia – cosecha (“safra” en portugués) 2004 que resultó rico y preferido por la mayoría. Aromas florales y frutales muy intensos, que parecen ir para el lado del Torrontés, pero un sabor muy diferente, mucho más seco.

Salton es una de las grande bodegas industriales de Brasil, junto con Miolo y Piagettini.

III) Vinieron luego dos tintos Peruanos: Tabernero, de Ica – en el sur- un corte de Malbec /Merlot muy prolijo, ajustado, liviano y rico. En general gustó mucho; hablábamos con Guille que deberíamos tomar más seguido cortes de Malbec / Merlot argentinos; tal vez hubiera sido bueno ponerle a lado un Ampakama Malbec/ Merlot, sanjuanino de Casa Montes ($11 en Jumbo, lo recomiendo).
El otro tinto fue un Tacama Selección Especial 2006, blend de Tannat y Petit Verdot, cepas no tan comunes al paladar argentino. Igualmente, no estaba tan bien logrado, faltaba redondez, vivacidad.

IV) Continuamos con Chile: primero una degustación a ciegas de dos Cabernet Sauvignon. Sostengo, machaco y aburro con que es siempre muy interesante lo que pasa cuando uno toma el vino y no la etiqueta: la preferencia unánime fue para el chileno. Era un Santa Digna Reserva 2004, también de bodegas que el español Miguel Torres compró en el Valle Central: rico, redondo, suave, comprador; el argentino un San Felipe Roble 2005 ($18)

Luego pasamos a un Carmenére: 120 Tres Medallas de Santa Rita, 2005, también de Valle Central. Muy rico, diferente, logrado, suave, ideal para conocer la tipicidad de esta uva. El Dr. Charles De Luc – de gran olfato – dice en un momento: “Si cierro lo ojos y lo huelo, parece Chardonnay”. “Está bebido” – pensaron inmediatamente todos para sus adentros, pero no era (tan) así: ¡¡¡¡¡¡efectivamente tiene una notas de aroma a Chardonnay !!!!!! Habrá que investigar más este sensacional hallazgo.
Rico vino; a Sabrina la gustó mucho.






UVA CARMENÉRE





Completamos con un chileno más: Panul, Cabernet Sauvignon / Carmenére, 2006, del valle de Colchagua, como para ver qué pasa en la boca cuando ambas potencias se unen: pasó poco; un vino correcto pero más bien corto, discreto, sin vuelo. Habrá que ver otras opciones de etiquetas para esta combinación; y darle al Panul otra oportunidad, como a todo en la vida; menos al sodero.


Terminamos la velada con guitarras y el GST (Gran Sangre de Toro) que había respirado en el decantador. Estaba bueno y también correcto, aunque sin ser de otro mundo. Guille le hizo honor y tomó un trago por cada canción que tocó.
Con el último canto, el 25 de mayo llegó a su bello final, con la sensación de la tarea cumplida: Latinoamérica Unida, jamás será vencida, aunque sí bebida.



León Garcia

viernes, 23 de mayo de 2008

¿Cuál es el Vino del Asador?

El Compañero de la parrilla

Hay un momento sublime en la vida semanal de todo "carnívoro - cavernícola-argentino-con-sangre-en-la-venas" que es el archiritual patrio de hacer asado.
Nao vamos a bundar aquí contando las infinitas formas de afrontar dicha ceremonia (tantas como asadores) sino ir directamente al grano - de uva- con preguntas y respuestas: en la soledad del proceso de preparación, que va desde aprontar la parrilla, presentar la merca, desplegar los cuchillos, prender el fuego, salar la carne y comenzar a asar; 1) ¿Es legítimo que el asador se baje un tubo de tinto?, Sí ; 2)¿Es necesario?, Sí. 3) ¿Puede ser el mismo vino que luego va a tomar en la mesa? Sí, pero también no.

Entonces vale preguntarse: 4) ¿Cuál es el vino del asador?

En mi caso, no sigo la ortodoxia gourmet que indica un vino para cada momento, tal como no la sigue el 98 % del país.
Sí, en cambio, una ortodoxia digamos "borracheril / utilitaria", propia, pero que repite el 70 % del mismo país: un tinto liviano como vinito ladero al costado de la parrilla, la picada con vermouth y soda, y un vinito más elegante para honrar las carnes en la mesa.

Del vermú y la mesa, otro día falamos.

Al vinito ladero, el "del asador" lo prefiero con cuatro atributos: tinto, liviano, tranquilo y barato.

Son varios los los que tienen estos 4 atributos, los nombro en orden de preferencia.
1°.- Me gusta mucho como vino de asador el Michel Torino Colección Cabernet Sauvignon (7 puntos en el SD): suave, dulce, sin taninos ni astringencia alguna.
2°.- Le sigue en mi preferencia el Finca Natalina Malbec (8 puntos en el SD): un vino diferente (no sólo para su precio), suave pero con personalidad, liviano pero sabroso;
3°.- Me acompaña a menudo el Viña Plata, de Finca Flichman, un clásico "borgoña" de los de antes (Malbec-Bonarda) con excelente relación precio calidad, 7 puntos en el SD, pero caído de este tercer lugar del podio, por no conseguirse tan fácilmente.
A él lo está reemplazando el Finca Beltrán Dúo, Tempranillo -Malbec -6 puntos en el SD: un vino algo más fuerte que los otros tres mencionados, pero también sabroso, algo más desdibujado de variedad y de elegancia, pero en una tensión entre amabilidad y presencia en boca, admirables para su precio.
5°.- El Atilio Avena Borgoña, el Cuesta del Madero de San Telmo y el Hereford Mejor Ejemplar de Andean Wines, también son excelentes compañeros de las brasas en proceso de encendido.

Los que no prefiero como vinitos de asador - y no porque no los prefiera a ellos en otras circunstancias; muy por el contrario: ¡los amo!- son: el Bianchi Margaux y el Traful de López, por demasiado suaves; al dúo dinámico de Chandón: Valmont / Beltour, por demasiado elegantitos, más para pizza / pasta que para grasa; a los otros hermanos Bianchi, Borgoña / Don Valentín, ideales para comidas de invierno "adentro" y no para parrilla, y a la fiel Caramañola San Felipe de La Rural, a la que prefiero de tarde en tarde como musa inspiradora antes de cenar.

Aún sabiendo que varios dignos quedan fuera, son esos los que prefiero como vinos de asador, y los trato de tener en casa cerca de la parrilla o llevarlos en el bolsillo del guardapolvo cuando me toca compartir el fascinante mundo de AH! (Acer Hasado)

El vino del asador, si se mantiene así - liviano, amable, tinto y barato - es una gran compañía en la previa a sentarse a la mesa a disfrutar del asadito recién hecho. Ojo porque con un tubo encima hay que sentarse a comer... y a ¡seguir tomando!


León Garcia


domingo, 27 de abril de 2008

Las historias de Mari Jade - Casualidad 3

La Disyuntiva de la Empanada

Hola amigos y amigas; otra vez por acá, para tener con ustedes una casualidad más en común: historias cotidianas con algo de sal y pimienta.

Como todos saben, mi vida es... un desastre...

¡No! Jajajajaja...eso es lo que se nos escapa de una a las treintañeras que todavía estamos en la lucha por atrapar y apuñalar con un cuchillo sin filo a la que inventó el concepto de Príncipe Azul....; en verdad, mi vida es una felicidad desastrosa, que es muy diferente.


Pero vamos a lo que les quería decir: como ustedes saben, mi vida es andar de aquí para allá llevando y trayendo papelitos que – dicen – son como plata, y lo hago a pata, pues mis viáticos prefiero invertirlos en comida, ya que me gusta almorzar y cenar bien.


En este contexto, vale decir que Retiro es uno de los barrios más difíciles para ambas cosas: caminar y comer rico y barato.



Afortunadamente, lo conozco como la palma de mi mano, porque hace años tenía un novio en Villa Pueyrredón, que tomaba el tren todos los días, ida y vuelta.



En Retiro (el “alto” y “el bajo”) hay pocos lugares para comer pero algunos de ellos son tan singulares y/o preferidos, que vale la pena tenerlos muy en cuenta. Les voy a contar hoy lo que me pasó –por casualidad- en un lugar lindo de la calle Esmeralda y Libertador, llamado “Cosas Nuestras”; comida criolla sin pretensiones pero bien hecha; humita en chala sin más vueltas ni verso que entrar, pedirla, esperarla, comerla y quemarse (inevitable).



Lugar lindito, siempre apretado, tinajas en las paredes y cocina escondida (como todas, bah!).
Un día (medio) voy a almorzar allí y me encuentro con viejos amigos conocidos de nuestra época dorada de cadetería peatonal – y no del motoquerismo burgués y mercenario actual - ; años de oro, con la diferencia de que ellos ahora son profesionales, y mamá no...; pero bueno, esa es otra historia, como la del Asesinato de Príncipe Azul.



Entro y como ya estaban en una mesita de 4, me sumo en la punta. Como con ellos no tengo que caretear – porque casi me parieron, me junan y son los que me pusieron “la Jade” – pido una humita en chala y opto por un placer propio, íntimo y que encanta: una botellita personal de Trapiche Sauvignon Blanc, bien frío.



Charlamos de variedades, amagamos con repetir historias irrepetibles (porque estamos ya demasiado grandes) y disfrutamos de la buena compañía de quienes no son amigos, pero actúan juntos como si lo fueran.

En eso, casi simultáneamente, la moza a) trae mi vinito, b) me dice que le humita “se va a demorar un poco” (en este lugar siempre lo dicen “después”) y c) deja el pedido previo de empanadas que mis amigos ya habían realizado, por haber venido antes.

Me ofrecen entonces una empanada de carne, mientras estoy por girar la rosca de mi blanquito.
¡Qué momento! ¡La ortodoxia dice que las empanadas de carne van con tinto, pero yo deseo disfrutar el blanco con mi humita!
¿Cambiar a tiempo? ¿Pedir, además, un tinto?

Nada de eso; eso es de revistas y libros. Acepto la empanada – frita, jugosa, rica, caliente – y pido a la moza unas rodajitas de limón.
Así – bien a la tucumana – se muerde la punta de la empanada y se le echa un chorrito de limón al interior. La combinación de sabores es muy buena, y vino ideal para que el Sauvignon Blanc – un vino color amarillo verdoso, perfumado, cítrico, rico, con presencia pero delicado – se bancara la contundencia del relleno carnívoro.

A partir de ahí, todo fue charla, risa y recuerdo en esa mesa; y hasta nos sacamos unas fotitos. Cuando llegó la humita todavía me quedaba media botellita de Blanco; y ahora sí: la combinación entre la tersura cremosa y dulce de la humita y la acidez y frescura del Sauvignon fue para recordar durante mucho; como nuestro encuentro...




Mary

martes, 22 de abril de 2008

Vino y Amistad: Cuatro Escalones

Cuatro Escalones

Un asado entre amigos es también - también, como agregado que se suma a todo lo otro que significa estar entre amigos: alegría, incoherencia desvergonzada, amistad mineral” (“pura, de montaña, sin aditivos...”), paz de sábado para los vejetes de 40, charla fácil e inconclusa, porque así debe serlo entre hermanos, y etcétera, etcétera – una oportunidad de degustar mientras se come y se amista (del verbo “amistar”: aprofundar el alma)

En este caso fue lo que yo denomino un asado (para mi hay 4 categorías: 1.-asadito: rápido, mata -hambre, chiquito, de pocos cortes; asado: preparado, planificado, directo, convencional con onda, asadizo: mezcla perfecta entre asadazo y asadito – mi preferido- ; y asadazo: para las grande jornadas, en manos de grande asadores, esos que te hacen un asado en una maceta...) bien provisto y mejor realizado; y lo acompañamos con un perfecto Cuatro Escalones: 4 tintos que aparecieron sin pre -visión ni pre-meditación, sino sobre la marcha de lo que cada uno había traido o tenía en casa.

Primero fue un Uxmal, Malbec, de Bodegas Uxmal (Catena), un vino de 7 puntos en la SD: rico, suave, corto pero cumplidor, color rubí apagado (sin el “supuesto” azul típico del malbec), preferido aunque jaqueado por tanta oferta rica y barata dando vueltas; debe mantenerse erguido o lo pasan; hoy, se prefiere. Acompañó muy bien la picada inicial y el primer bocado de choricitos ricos.

Primer escalón hacia la luna – paraíso. Seguía ahora un plato fuerte: un Malbec 2004 de La Azul, bodega pequeña y esquiva de encontrar en góndolas. Había dormido bien y al fresco, pero estaba como apagado; correcto, sí, pero apagado. Un alumno con el guardapolvo blanco y planchado como una vela, impecable, pero sin glamour.


8 puntos en el SD, pero ahí, acompañando al filo el vacío crocante y a la vez jugoso, combinación que nunca – nunca – los gringos van a entender.



Estábamos un escalón más, aunque apenas, y apareció el topa-topa: Terrazas Malbec (Bodegas Terrazas, ergo, Chandón), 2006. Un vino rico, rico de verdad. Nos elevó por suerte y color, y taninos suaves, y presencia de boca y gusto inconfundible.
Es lo que tienen de ventaja los vinos que siempre se parecen a sí mismos, como las mujeres que siempre – siempre – besan apasionadas: son preferidas frente a otras más producidas.



El Terrazas subyuga, y por eso es el vino argentino más vendido en Brasil (dato comprobado personalmente en el 2007) y acompañó la bondiola y las mollejas como se debe.
Son 9 puntos en el SD y diferente de la Azul: este le gusta a todos.



Termina el asado, se cruzan los cubiertos pero no las copas: “¿que más hay?” se escucha como implorando.

Afortunadamente, aún queda un escalón. Un cierre distinto con un Callia Tannat, opción inconcebible en cualquier casa, menos en la de un “tanatero”, como mi amigo anfitrión.


Aroma imposible de confundir (“olor a dope”, dice la jerga, y algo de eso hay...), presente, vigoroso pero no astringente, bien hecho, sabor inconfundible, guste o no, y por eso son 8 puntos en el SD.

Un cierre diferente, no de lujo, pero sí diferente para un momento común.

Qué bárbaro: el lujo a la mierda y lo común y lo diferente en un solo bolsillo; vino, asado y amistad.



León Garcia

sábado, 19 de abril de 2008

VINITO 3 – Cuarto de Milla - BLANCO

Cuarto de Milla – BLANCO – Bodega Finca La Anita – Chardonnay / Semillón – S/A - $18.50 en Jumbo, tomado el 10/04/08 en casa

Color dorado, no oxidado pero si en evolución.
Rico, mucho aroma Chardonnay pero sin correlato mantecoso, sino más bien fresco, aunque sin vivacidad.
Acompañó fielmente un “piqué” de Jamón del Diablo Swift (¿se acuerda cuando el Jamón del Diablo “La Rural” venía en una latita envuelta en papel amarillo? ¡Era buenísimo!) y posteriormente unos ravioles a la crema con hongos de tierra, Boletus, frescos.

El vino como conjunto es sabroso, bien hecho, técnicamente impecable.

Pero si el Semillón está en la base, se respeta como un colchón amigable allá en el fondo de la estructura, pero no se siente como una sábana limpia: le falta presencia en boca.

Es un vino que tiene todas estas virtudes y 4 defectos: no es popularmente conocido, no tiene año de cosecha, el precio y su alta graduación alcohólica (14,5 %) que es demasiado para un vino tan gustoso, que invita a una segunda botella.

Al no tener mucha rotación, la falta de año hace que uno dude frente a la góndola.
Me encantaría volver a probar otro, sabiendo que es del año.

8 Puntos en el SD: vino con evidentes matices de calidad, me guste más o menos. Este queda esperando revanchas.

viernes, 18 de abril de 2008

Vinitos 2 - Cuesta del Madero BLANCO

Volvemos sobre el BLANCO Cuesta del Madero, de Bodegas San Telmo, no dice la cepa (presumiblemente Chardonnay – Chenín), sin año de cosecha, $11 en Jumbo.


7 Puntos en el SD: Preferido - De Calidad Media, pero sabor elegido.


No vamos a venir justo acá a descubrir la pólvora de un vino más conocido que el Obelisco. Pero como la idea de NEPENTE es compartir aquello que tomamos; puesto que lo tomamos, lo compartimos.


Es un blanco que me gusta mucho, campeón en la maratón PCV, en la que muchos mancan a medio camino: Precio – Calidad –Versatilidad.


Lo tomé 2 veces en la semana del 07/04/08, un poco por gusto borracheril, un poco por “autodesconfianza sensorial”, es decir, para saber si la segunda vez me iba a saber tan rico como me pareció en la primera. Y así fue.

En casa, fue primero acompañando ideal un “piqué” ante cena de criollitas con pategrás Sancor y queso fresco de cáscara bien harinosa; más con el segundo que con el primero, pero siempre bien.
Es refrescante, jugoso, con levísima acidez pero curiosamente, seco y frutado a la vez, en rara armonía.

El color es verde amarillento que, por previsible, genera alegría y tranquilidad .


Aguanté todo lo que pude y dejé ¾ e botella para la cena. La comida era milanesas de pollo horneadas, secas como lengua de loro, revividas en el plato con jugo de limón Minerva y mayonesa Hellmans.


Allí hice con el Cuesta el siguiente experimento: serví una jarrita de ¼ litro a temperatura fresca para dejar en la mesa y metí la botella tapada en la heladera.


Este es un juego para hacer con cualquier vino; y ¿para qué?: para comprobar la intensidad aromática y comparar cómo a uno le gusta más, especialmente el blanco, pero también el Rosado y el Tinto liviano; si FRA-FRE o FRI; es decir: FREsco, FRIo o FRAppé.


En este caso la diferencia de aromas no es tan notoria.


Vale remarcar que el Cuesta del Madero – como otros blancos baratones pero queridos – tiene ese “aroma a vino blanco tres cuartos” que nos recuerda a los primeros vinos que tomamos de chicos. Es el aroma del Chenín, que en mi nariz tanto queda y gusta, y me ha hecho amar la variedad, olvidada hoy por los varietalistas- fashion –exportadores –garcas.
Pero ya volverán esos aromas.


Al sacar la botella ya fría de la heladera y probarlos juntos, la diferencia entre FREsco y FRIo, en los aromas no es tan notoria; pero sí en el gusto; en la (leve) “aguja”; al combinarlo con las secas milanesas el FRIo combinó mejor, se comportó más refrescante.

Brevemente, la otra vez que lo probé en la semana fue con un aceptable filet de merluza a la romana en La Madeleine, de Av. Santa Fé y Callao, buffet pasable para almuerzos de trabajo céntricos.



Allí se comportó igualmente fresco, con una no menor ventaja: la botellita individual de 375 que está en todos los boliches, signo de que el Cuesta es popular, y que viene muy bien para almorzar con vino y no morir con una de 750 en los hombros de la tarde.


La miniatura – FREsca –acompañó impecablemente el suave y tibio filet, mirada de reojo por los compañeros de trabajo, falsos abstemios todos y cada uno.


El Cuesta del Madero Blanco es un vinito que todos conocen y, por eso, valía la pena seguir comentándolo y recomendándolo.

León Garcia

miércoles, 16 de abril de 2008

Nuestro Sistema David

EL SISTEMA DAVID


Tomando como base la nota sobre los Sistemas de Calificación del Vino, y puesto que todos pretenden la imposibilidad de combinar Subjetividad y Objetividad con mayor o menor acierto, desde NEPENTE no seremos menos y vamos a proponer - y utilizar - un sistema de calificación propio: el Sistema David, tan ridículo como todos los demás, pero al menos más entrañable.David era mi tío paterno, un personaje familiar. Fue el que me enseñó no a tomar vino, sino algo mucho más importante: que el vino puede tomarse.


Él tenía una forma muy personal y efectiva de calificación de los vinos que bebía diaramente, basada en una escala de 3 puntajes, que aplicaba con maestría: 1.: "malo, lo tomo igual"; 2.: "buen vinito"; 3.: "me muero".


No vamos a plagiar semejante clarividencia, pero si plantear un sistema en su honor basado en lo que la gente expresa; lo que popularmente (o no tanto) se argumenta para calificar aquello que se toma.




Con este Sistema puntuaremos a los vinitos probados en NEPENTE

sábado, 12 de abril de 2008

Los Sistemas de Calificación de Vinos

Recogemos esta muy buena nota publicada ya hace un tiempo.

NUMEROS PARA TODOS LOS GUSTOS
Un repaso a los sistemas de calificación de vinos

JENS RIIS

Hace poco en una cata particular entre amigos, restauradores y sumilleres de Madrid, uno de los participantes comentaba: "¿Por qué [en elmundovino.com] utilizáis el sistema de los 20 puntos?
Ya me he hecho con el sistema de 10 y resulta un poco confuso". Al fin al acabo, cada medio adopta o inventa el sistema de clasificación que cree mejor para dejar las cosas claras, pero toda esta variedad de puntos, estrellas, racimos, copitas, etcétera también puede distorsionar y emborronar la percepción del consumidor. Hoy en día, las puntuaciones afectan directamente las fortunas de las bodegas del mundo entero y merece la pena echar un vistazo a los sistemas, sus orígenes, su historia y su papel en la actualidad vinícola.

Según el especialista y experto catador californiano, Jason Brandt Lewis, el origen de los sistemas numéricos actuales data del año 1959 y los trabajos de los profesores Maynard A. Amerine y Vernon L. Singleton de la Universidad de California en Davis. El sistema de 20 puntos desarrollado por Amerine y Singleton no iba destinado al uso público, sino que fue un ejercicio académico/técnico para intentar evaluar vinos de una manera puramente objetiva. El método original ideado por estos investigadores de UC Davis, Meca de la enología norteamericana, daba un máximo de 20 puntos usando la 'ficha Davis':

A la vista : turbio=0, limpio=1, brillante=2
Color : defectuso=0, ligeramente defectuoso=1, correcto=2
Aroma y buqué : vinoso=1, claro pero no varietal=2, varietal=3 o 4 [restar 1-2 puntos para aromas defectuosas, añadir 1 punto para buqué de botella]
Volátil : obvio=0, poco=1, nulo=2
Acidez total : demasiado alto/bajo según tipo=0, ligeramente defectuoso=1, normal=2
Dulzor : demasiado alto/bajo según tipo=0, normal=1
Cuerpo : demasiado alto/bajo según tipo=0, normal=1
Sabor : defectuso=0, ligeramente defectuoso=1, deseable para el tipo=2
Amargor/astringencia : elevado=0, ligeramente elevado=1, normal=2
Calidad general : nula=0, un poco=1, impresionante=2

¿Todo a 100?

Todo empezó con 'la ficha Davis', pero hoy nadie duda de que las puntuaciones de las publicaciones más relevantes como 'The Wine Advocate' de Robert Parker, 'International Wine Cellar', de Stephen Tanzer, 'Wine Spectator', 'Decanter', 'Wine', 'Vinum', 'La Revue du Vin de France', WineToday.com y nuestro propio elmundovino.com, no son tan sistemáticas ni objetivas cómo pretendían Amerine y Singleton, sino más bien subjetivas y reflejan los gustos e interpretaciones personales del catador o catadores. Es lógico. No se trata de una evaluación científica, sino cualitativa y organoléptica, y eso implica -necesaria y deseablemente, incluso- la subjetividad.

Tras la iniciativa de Robert Parker, el sistema de 100 puntos es hoy muy frecuente en el escenario internacional. Parker, 'Wine Spectator', Tanzer, José Peñín y otros lo emplean. O, al menos, emplean sistemas sobre 100 puntos que, en fin de cuentas, pueden ser muy diferentes entre sí: no olvidemos que para Parker, Tanzer o WS un 50/100 equivale a un cero mondo y lirondo, mientras que en la principal revista gastronómica española, 'Sobremesa', se va verdaderamente de cero a 100. El sistema Parker está inspirado en el método norteamericano de calificación de los exámenes escolares, en el que un 70% de acierto es el límite del fracaso y un 100% la perfección absoluta. La puntuación Parker tiene un importante defecto, según Brandt Lewis: "El número de puntos que recibe un vino está normalmente basado en cómo queda el vino en comparación con otros vinos 'memorables' que el autor ha catado previamente, con lo que cada vez que prueba un vino 'perfecto' o 'casi perfecto', el listón sube... inflando el propio sistema de puntuación".

Las alternativas ¿Cuál es el mejor sistema?

Desde el principio, elmundovino.com ha optado por el sistema de puntuación europeo de 20 puntos, a partir del que introdujesen la revista y la guía francesas 'Gault-Millau' muchos años antes (1970) de que nadie empezase a utilizar los números para calificar, primero, los restaurantes, y más tarde, los vinos. Se inspiraban ya, como más tarde Parker, en el sistema escolar... francés, en este caso. En nuestra escala -que incluye los medios puntos y se convierte, así, en una escala bastante detallada con un máximo teórico de 40 notas diferentes- se califican los vinos de la siguiente manera:

19 y 20 Vino extraordinario, de clase mundial por su hondura, complejidad y potencial longevidad.
18 y 17 Gran vino en todos los sentidos. Un clásico.
16 y 15 Muy buen vino con equilibrio, fruta y estructura notables.
14 y 13 Un buen vino, por encima de la media
12, 11 y 10 Vino correcto.
,,, y en realidad los demás pretenden algo similar: primero situar cada vino en la categoría adecuada (según sus criterios) y después ofrecer suficiente "granularidad" para diferenciar los vinos dentro de su categoría.

Como siempre, por su enorme influencia en el mercado, el más polémico sigue siendo Robert M. Parker, Jr. Como bien explica Brandt Lewis, "El sistema de 100 puntos no empezó con Robert Parker y The Wine Advocate , cuyo método no tiene ninguna pretensión de ser objetivo. Es puramente hedonista y totalmente arbitrario". Como hemos explicado, el sistema Parker se basa en 100 puntos, pero como nunca se puntúa por debajo de 50, resulta ser un sistema de 50 puntos técnicamente 'útiles' y como en la práctica los vinos de menos de 70 puntos aparecen muy infrecuentemente, la gama de posibilidades reales se reduce a sólo 30. Otro elemento siempre discutible de Parker es el apartado de los vinos "buenos", que sólo disponen de un abanico de 10 puntos para pasar de lo apenas correcto a lo casi excelso: Según The Wine Advocate : "un poco por encima de la media" [80-81], "un buen vino" [85-86] y "un vino muy bueno" [88-89].

Otras perspectivas

Por supuesto hay otras fórmulas no numéricas y variaciones. WineToday.com, por ejemplo, utiliza el método de estrellas y medias estrellas [0-5]; el Anuario de 'El País', el de racimos [0-4]; la revista inglesa 'Decanter', de cero a cinco estrellas, mientras otros optan por una calificación de más o menos "recomendable". Mientras las puntuaciones numéricas resultan fáciles para el público en general, los sistemas de Parker, Wine Spectator y compañía también tienen sus contrarios. Hace poco preguntaron a la reputada periodista británica Jancis Robinson su opinión de los sistemas numéricos y respondió: "Una pena, una pena. Dado que catar vinos es la actividad más subjetiva que la mayoría de la gente jamás encuentra, ¿porqué tomar el punto de vista de otro?" Otro escritor británico, Hugh Johnson, autor de la Pocket Encyclopedia of Wine y otros muchos libros sobre vino, es aun más tajante. Para Johnson, el sistema de los 100 puntos es una farsa, "basado en el extraño sistema escolar norteamericano, en el que 50 equivale a cero". Johnson, que emplea el método de 1-4 estrellas en sus libros, argumenta que "el gusto es demasiado variado, demasiado sutíl, demasiado evanescente y demasiado maravilloso para ser reducido a un juego pseudocientífico de números". Para rizar el rizo, el amigo Hugh nos ofrece (no sin cierta ironía) el sistema Johnson que permite medir el 'nivel' de un vino si a tí te apetece:

olfatear la copa una vez (puntuación mínima)
tomar un sorbo (el siguiente nivel)
dos sorbos = un mínimo de interés
media copa = un cierto titubeo
una copa = tolerancia, quizá aprobación
dos copas = te gusta (o no hay otra cosa para beber)
la botella entera = satisfacción total
dos botellas = un vino irresistible
una caja = un vino maravilloso
etcétera, hasta el máximo teórico posible del sistema ...
las ganas de beberse la producción completa de la viña


¿Objetivo o subjetivo?

La argumento principal de Brandt Lewis es que los sistemas numéricos actuales son "hedonistas y totalmente arbitrarios" y por tanto representan la cara opuesta de la objetividad académica ideado en UC Davis. Pero, como dijo Jancis Robinson, catar es una actividad subjetiva y hasta la 'ficha Davis' originaria deja lugar para apreciaciones en cosas como la 'calidad general'. Además, un poco más tarde, el propio Amerine publicó junto con Edward B. Roessler lo que hoy se llama la 'ficha Davis modificada', que deja algo más de margen para las apreciaciones del catador, aumentando el valor máximo de 'aroma y buqué' hasta los seis puntos y eliminando por completo el apartado de 'acidez volátil'.
Al fin y al cabo, las valoraciones de cualquier sistema deben ser simplemente una referencia, un punto de partida para el consumidor y aficionado al vino, que puede formar sus propias opiniones a continuación y valorarlo, como dice Hugh Johnson, "como a ti te gusta".

Fecha de publicación: 04.01.2001
www.elmundovino.com

lunes, 7 de abril de 2008


Un amigo llamado "Sho" me manda este ejemplo inequívoco de Contraetiqueta más versera que mi Tío.
Es del Vino "Telteca". ¡Gracias Sho!

Las Historias de Mary Jade - Casualidad 2

" Que la Tortilla se vuelva…"


Cuando me toca hacer cobranzas por el centro y termino entre la 1 y las 2 de la tarde, paro seguro a comer donde hacen la mejor tortilla recalentada de Buenos Aires.

Se llama Pichìn y està en la esquina de Avenida de Mayo y Piedras. Espacio apretado mesa contra mesa, ambiente ruidoso, jamones colgando del techo. Lo clàsico.

Busco siempre sentarme en la barra, no tanto para zafar los 2 mangos del cubierto, sino especialmente para poder mirar; ya sea por el espejo que va de pared a pared o – mejor – si logro el asiento que està en la punta, de frente a las mesas, junto al matafuego y las cajas apiladas de vaya baya a saberse qué.

Siempre pido una porciòn de tortilla y el muchacho que me atiende – gallego al fin – aunque me conoce me pregunta, también siempre: ¿“Caliente o frìa”? (me contaron que en España se come tortilla fría entre dos panes, como sánguche)
Le contesto lo primero y le regalo una sonrisa, pero se va sin mirarme porque ya sabe que no soy de las que entregan fácil. Vuelve con un individual de papel y me pregunta qué tomo.

Miro las mesas y es el reino de la comida conversada, el almuerzo sano pero suculento, el festival del Selecciòn Lòpez tinto. Pido uno chiquito, y pan. Cuando tengo necesidad de algo fresco, a veces acompaño la tortilla con una ensalada de zanahoria, y ahì tomo Sevenap, pues la “zana” me gusta con mucho vinagre!

Pero dije tortilla; volvamos a eso. La tortilla hecha en el momento es o bien lujo de los cultores del “slow food” o bien placer de sábado en casa de la abuela; tarda mucho en hacerse. A los laburantes nos quema el horario, y un lugar donde la tortilla sea recalentada rápido y bien , vale “horo” (“oro multiplicado por hora”).

A Pichín no hay que ir antes de las 12 (no todo està hecho) ni después de las 14:30 hs. (ya queda poco para elegir); a las 12:00, la tortilla vista de arriba es como una letra “O” del tamaño de una pizza. A las 12:30 tiene la forma de una “G”, a las 13:00 la de una “D” y a las 14:30 no està màs.

Pero vamos a la historia gruesa. Por casualidad, frente a mi, dos señores en la barra, a saber. Uno de 60 años, oficinista pero no jefe: saco antiguo pero no retro; corbata brillosa, pero de vieja.
El señor se pide un bife de costilla jugoso, un pan, un vaso de Selecciòn Lòpez BLANCO y hielo. Pellizca el pan, apura un sorbo, cuela dos tèmpanos y espera paciente; ¿acaso disfrutando de la vida?

El otro llega y pide un vaso del tinto de la casa (Toro Viejo) y soda.

Està vestido con ropa de trabajo grafa color azul y cualquier desprevenido pensarìa que no come porque no tiene hambre o no tiene plata: ninguna de las dos cosas. Yo a èstos los tengo junados y bien: este otro (cincuentòn, panzudo, del interior – Corrientes, Chaco…-) es seguramente encargado de un edificio cercano al que el mèdico le ganò 2 a cero al sentenciarle frente a su esposa colesterol e hipertensión; y ya almorzò en la casa, donde la susodicha lo tiene a Terma Cuyano y soda, bajo apercibimiento de expulsión.

Mientras almuerza, traga la pastillita y cuando termina el noticiero le dice a la esposa: “Salgo un ratito a hablar con los muchachos antes de la siesta”…, y viene al bar a tomarse su vinito prohibido y solo. O con desconocidos, que es lo mismo.
El portero apura entonces su sorbo, lo saborea y mete el primer chistido de soda al vaso.

Llega el bife, jugoso y rico. El Sr. de la corbata tiene todavìa màs de medio vaso de blanco cada vez màs frìo. Come sin apuro pero con ganas: un pedacito de churrasco, un mordisquito de pan, un sorbito de vino, y los ojitos le brillan cada vez que todo se junta en la boca.

El otro le habla del tiempo, del meteorito que cayó o de los muertos en accidentes viales, como si todo fuera lo mismo.

Los dos hacen su juego.
Un purista del maridaje cárnico se cortarìa las venas con un portaminas: “¡¡¡El bife de costilla se combina con Tinto !!!”, dirìa.

El Sr. Termina su bifecito y todavìa le queda un cuarto de vaso, blanco, helado, diluido.
A mi se me acabó la tortilla.

Lo mira al otro y vaso en mano le sigue la charla.

Y disfruta de la vida.

Mary

sábado, 29 de marzo de 2008

La Rioja: vinos y OVNIS.

Según mi criterio de cinéfilo–trucho (no voy nunca al cine, ni miro DVD, ni videos, ni películas por cable; pero hablo y opino de cine para no quedarme fuera en las conversaciones – también truchas- de cumpleaños, reuniones y variedades sociales) existen 4 tipos de “escenas logradas” en el séptimo arte: una, la más ensalzada hoy en día, es el efecto especial que une tecnología y talento disparados al infinito; otra es la toma cinematográfica: la cámara puesta en ángulo diferente, el movimiento natural de algo antes no mostrado o la fotografía como arte mayor; una tercera es la escena puramente actoral: dos monstruos de la actuación que simplemente componen personajes que dialogan o se miran, sin más que un vaso de agua de por medio, y te hacen emocionar hasta las lágrimas; y un cuarto tipo: la escena que no tiene los ingredientes de las 3 anteriores, pero supone un toque: de inteligencia, de mirada mordaz de la realidad, un guiño de los que no se explican, un revés de trama cuando todos esperamos la continuidad lineal, siempre tranquilizadora. Es un momento que es pequeño e intrascendente, pero que uno recuerda y comparte con la frase: “¿Viste cuando le (pasó, dijo, se encontró, hizo...) tal cosa?"

Toda esta perorata (trucha, recuerden) viene porque una de las mejores escenas logradas del “grupo cuatro” es, a mi criterio, aquella de “Hombres de Negro” (¿qué, hubo dos?) en la cual explican que las revistas amarillistas, sensacionalistas y de cuarta que se venden o regalan en los kioskos y hablan de “un ama de casa abducida por un ovni mientras colgaba la ropa”, eran, en verdad, canales de circulación de información calificada y encriptada para quien supiera leerlas, y en el fondo hablaban de cosas más serias que las de los periódicos masivizadores del aburrimiento.

Fijada mi mente en aquella escena (y olvidando siempre lo que muchas veces me advirtieron sabiamente sobre la pornografía: “está todo armado, en la vida real no es así...”), tomé compulsión por recolectar, leer y guardar todos los pasquines barriales que me tiran en el jardín de adelante, que veo en tachos de basura por la calle, que reparten en las esquinas; y que si bien aparentan ser “corto y pego”de notas robadas a la revista Viva rodeadas de avisos de comercios y servicios locales a los que no los conoce ni el propio dueño, son para mi materiales únicos para encontrar claves secretas, pasaportes de papel al mundo de los descubrimientos para iniciados, ediciones limitadas de “data” que otros ignorarán.

En uno de esos incunables pasquines, encuentro este aviso (¡olvídese de los ovnis!):
“Luis Paz –Venta de aceitunas – nueces – vinos de la Rioja; Tel: 4729 - ..., Mov. 15-5596...etc.”

¡Y nada más!

¡No dice quién es; ni dónde vende, ni a qué vinos de La Rioja se refiere!
¡¡¡Ni siquiera aclara si es riojano!!!

Semejante guiño tamaño baño, esconde seguramente algo entre siniestro o excelso: “vinos de la Rioja”, hacía mucho que no oía ese marketing.
Por ahora, la nota se alargó demasiado; esperaremos hasta la próxima para llamarlo y saber si Luis Paz vende manjares dignos de Nepente, o simplemente viste de negro...

León Pasquini

martes, 25 de marzo de 2008

Vinito 1- -Blanco - Altas Cumbres Viogner

VINITOS 1

Probé el 10/03/08 el blanco Altas Cumbres, de Bodegas Lagarde, cepa Viognier, cosecha 2005, $18 en Jumbo.

¡Espectacular!

La comida fue en casa: uno de esos sobrecitos semipreparados de Gallo, en versiones “Primavera”, “con Hongos” o “al Azafrán” versiones compuestas algunas de Arroz y otras de Atroz, según su gusto.
En este caso fue la última: “Primavera de conservantes en su punto óptimo de gusto metálico.”

Igualmente, el vino fue una singularidad que hizo olvidar el mal trago del Atroz.

Me pareció MUY rico; ojo: tiene casi 15 grados de alcohol, y eso se siente al final de la botella.
Hubiera querido degustarlo mano a mano con otro vino de la bodega, el Altas Cumbres Sauvignon Blanc, mismo año, mismo precio, misma etiqueta pero no mismo marketing y – por lo tanto – ausente en góndolas del Jumbo san Martín.

Si alguien lo ve, chifle el dato.

Estos Vinitos merecen tomarse juntos.

Un abrazo,
León

lunes, 24 de marzo de 2008

Contraetiquetas: ese genero literario...

Lamentablemente, toda botella que se precie debe tener una Contraetiqueta.

Como si no bastase la finura cubresexo (ya aceptada) de la Etiqueta y el aderezo ortopédico (no aceptable) del "Packaging", las bebidas vienen con un papelito tamaño
etiqueta de cuaderno rivadavia pegada en la parte de atrás, llamada no por eso "contraetiqueta"; sino por ser - en cambio - todo lo contrario a lo que alguien sensato escribiría sobre un vino o licor.

La Contraetiqueta contrataca al estilo y se encolumna como fiel seguidora de íconos del "deslenguaje": la literatura turística, la prosa del vendedor de biblias a domicilio, el relato deportivo o el comentario folklórico.En todos estos géneros literarios - que lo son, y ¡cómo! - la regla número uno es seducir al lector por la vía de la confusión y confundir al seducido con la herramienta del lenguaje cargado de adjetivos cultos pero innecesarios, grandilocuentes pero no delirantes, precisos pero más vagos que mi tío (al que le decían "el vago").

Leer las Contraetiquetas -la gran, gran mayoría de ellas - es una tortura.
¡Por eso es tan necesario leerlas!

Allí se aprende mucho o todo de lo que la bebida que la porta NO ES, NO TIENE, NO SABE (de sabor), NO REFIERE (de referir).

Leeremos Contraetiquetas. Veremos deslices, detalles, preciosismos del embaucador más mentado.
Clasificaremos las mentas: las malas, las peores, las casi chantas.

Contraetiquetas: ¡qué festín para el que no sabe: lee, relee y,sin esfuerzo
, sigue sin saber.

León


Las Historias de Mary Jade - Casualidad 1

De entrada, la presentación.

Mucho gusto, mi nombre es María Jaderowsky, tengo 37 años y resido en el Barrio de Once. Trabajo en cobranzas, amo Buenos Aires y camino por sus calles a falta auto o de plata para viajar en taxi.
En realidad, prefiero andar en bondi o a pata y guardar los viáticos para comer afuera. O, como mejor se dice, para "parar a comer algo" en cuanto lugar se me cruza o llama la atención.

Miro lo que veo comer; quiero decir: mientras como, me gusta observar lo que otras comen y beben.
De casualidad, siempre, se me presenta algo para compartir.
Ya nos iremos conociendo, intuyo complicidad entre ambos.
¿Por casualidad?

Mary