sábado, 19 de julio de 2008

En contra de la Ecología

Mari Jade contra la "Amenaza Verde"

¡ABAJO LA ECOLOGÍA!

(¡Arriba la Enología!)

Los días de frío castizo, macho (por que se te mete) y porteño, son ideales para la "comida fusión": un buen platazo de guiso, y se te hace una fusión nuclear en el estómago; pero que entrás en calor, entrás.

Estos días me gusta darme un gusto que me gusta, que es gustar de una comida "tipo" casera, o - al menos - de las que hacían antes en las casas: pucheros, guiso de mondongo, lentejas, humitas, papas hervidas, ¡pastel de ellas! y un lindo etcétera.

Elijo, entonces, lugares que me provean de dichas calorías que tanto bien le hacen a mi pancita de treintona, esa que todos juzgan pero que a nadie molesta cuando consigue mirarla desde abajo.
(Perdón..., es que el frío me da calor...)

Por eso digo que cuando puedo elegir comer rico y casero, voy a un lugar en Barrio Norte que se llama Cumaná, sobre Rodríguez Peña, casi esquina Santa Fé.

Ambiente decorado a la campestre antigua, muchas mesas, clientes jóvenes y medianos, atiborrado a la hora de almorzar o cenar, oficinistas, grupos, turistas... y todo esto lo digo no como nota de forma, sino porque es fundamento crucial de mi cruzada contra la Amenaza Verde.

Llego y me siento cerca d ela barra, donde se despcha también el delivery. Me siento incómoda, pues las sillas son lindas, pero de terror: una no entra y rompen la columna vertebral (¿o estaré gorda?).

Siempre que voy allí a comer rico y suclento, pongo en marcha un infalible y sinisetro plan: llego temprano para conseguir lugar, de entrada ordeno algo que tarde y de plato principal pido - luego algo que salga rápido - y así estiro 2 horitas entretenida.
Pero lo más importante es que siempre que voy allí, pido a Hansel y Gretel.