Último día mundial y final sin Argentina...
Encima, domingo plomizo, ceniciento, de esos que aún si llegadas las 6 de la tarde, no hubiera un motivo para deprimirse, el día te bajonea solo.
Encima , hace una semana, nosotros nos comimos 4 Motivos para deprimirnos.
¿Qué puede transformar el domingo suicida en domingo de Gloria?
El Nepente, sin dudas; que para eso fue creado por Dioses.
En este caso, pusimos sobre la mesa 4 representantes dignísimos de una final del mundo de cervezas, cada una emulando la selección de su país.
Por Holanda, la más conocida de las clásicas y la más clásica de las conocidas; Heineken (5°): rica, rubia, siempre igual a sí misma aunque esté hecha en Santa Fe. Con la característica frescura y ese aroma "azorrinado" que (a veces más, a veces menos...) le brota desde la raíz del vaso.
Una holandesa sin sorpresas, por suerte, y ya tres veces Subcampeona.
Por otro lado, los Campeones del Mundo salientes -Italia - aunque de mal desempeño en Sudáfrica se reivindican cada vez que sacan a la cancha a este verdadero orgullo italiano: birra Moretti (4,6°) es tan delicada y rica como una turinesa de 17 años: límpida, frágil, tooooodo sensualidad, frescura, levedad; tan suavemente amarilla que parece transparente.
Una cerveza rica por no impactante, es decir: lo que gusta de ella es que plantea que enorme suavidad puede ir de la mano de enorme calidad.
Finalmente, los Campeones del Mundo: así como en el fútbol a España le costó mucho ingresar al selecto mundo de Brasileños, Alemanes, Italianos, uruguayos o Argentinos; a la cerveza española le cuesta competir con las grandes marcas Belgas, Alemanas, Holandesas, Inglesas...
Pero como nuevas Campeonas del Mundo merecían una oportunidad y las consideramos por duplicado: Estrella Galicia (4,7) es una típica cerveza comercial, "riquita", rubia, sin demasiada personalidad pero sin complejos: es lo que dice ser, no más, ni menos; y por eso gusta.
Su prima mayor, 1906 (6,5°), ya es otra cosa: pretensiosa, alcohólica, de color ambarino claro, intenta impactar por presencia e intensidad de sabor. Una cerveza algo pesada pero igualmente muy amigable, de respeto, para seguir.
El Mundial terminó y la tarde también.
El bajón quedó lejos. Después de estas 4 Campeonas, salgo a festejar como uno más.
León
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